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La noche coruñesa se ha convertido en un peligro para los taxistas. En menos de una semana, dos conductores fueron agredidos por sus clientes a altas horas de la madrugada. El primero de ellos sucedió en el barrio de Matogrande el pasado 30 de marzo, cuando un pasajero atacó a punta de navaja a un trabajador. Y, el segundo, sucedió este domingo, durante un forcejeo en el Barrio de las Flores. 

El último de ellos se desarrolló en la madrugada del sábado al domingo a la altura de la fuente de las Pajaritas. En esta ocasión, fuentes del sector aseguran que se trató de un forcejeo entre el trabajador y el cliente. El propio taxista alertó al 091 de que estaba siendo agredido por dos personas a la 1:00 horas de la madrugada. Sin embargo, no requirió asistencia sanitaria.

Fuentes policiales aseguran que al no haber denuncia, no se procedió a una investigación, y, por lo tanto, no hay ningún detenido al respecto. Muy diferente a lo que pasó en la madrugada del 30 de marzo en Matogrande. En esta ocasión, el conductor interpuso una denuncia ante la Policía Nacional.

El suceso se produjo tras una breve disputa entre ambos, al no aceptar el cliente el pago por adelantado del viaje que le requería el taxista por tener que ir a Betanzos. En ese momento, el denunciado sacó una navaja y se abalanzó sobre el trabajador

Estos hecho hacen crecer la preocupación entre los trabajadores de la noche, que tratan de evitar ciertas zonas que consideran puntos conflictivos. Es el caso de Matogrande. Desde hace unos meses, son varias las intervenciones que ha realizado la Policía Local en el after Ginger. No es casualidad que el segundo incidente que se produjo este fin de semana ocurriera a pocos metros de esta zona de la ciudad.

"La gente sale muy pasada de tono de estos locales", explica Antonio Vázquez, presidente de la asociación de Radiotaxi. En estas condiciones, los clientes se encuentran en un estado de agresividad que no les conviene a los trabajadores, por lo que tratan de evitar acudir a las zonas.